domingo, 30 de agosto de 2020

Nuevo curso escolar... ¿seguro?

 

Comienza un nuevo curso y lo hace con la incertidumbre como protagonista.

 

Incertidumbre en la economía, en la salud y en la educación.

 

Te escribo a 30 de agosto y el día uno de septiembre los profesores nos reincorporamos a las aulas después de un curso pasado en el que tuvimos que hacer malabares para continuar, de un día para otro, con la enseñanza de manera on line. Este curso se plantea de manera presencial para Infantil, Primaria y primero y segundo de la ESO. El resto, semipresencial.

Todos los profesores durante estos meses de verano e incluso desde antes de que acabara el curso, en junio, hemos apostado por volver a las aulas. Necesitamos volver a nuestra rutina normal, a nuestras vidas que de un día para otro el COVID transformó. Necesitamos encontrarnos con nuestros alumnos, con nuestros niños, a los que echamos mucho de menos. Porque la enseñanza, por suerte, no es un trabajo en el que puedas distanciarte emocionalmente. Trabajamos piel con piel con nuestros niños a los que damos, cada día u cada minuto, lo mejor de nosotros mismos. Ellos necesitan volver para lo mismo, para recuperar su vida, para tener unas rutinas, estar con sus amigos y con sus profesores, para retomar sus estudios con normalidad. Es una necesidad.

 

¿Necesitamos volver? Sí. ¿A cualquier precio? No.

 

Espero que en unos días me pueda desdecir de mis palabras y que todo ruede solo, pero sin profesores suficientes para atender a una bajada de ratio, máximo 20 por aula, sin espacios para albergar a los nuevos grupos que se creen tras esa bajada de ratio, sin personal sanitario para atender a posibles casos, sin ventilación adecuada… Difícilmente lo veo. Dicen que prohíben las reuniones de más de diez personas y se va a llegar al doble en las clases. Posiblemente, entre chicos mayores, la distancia de seguridad se pueda conseguir, pero…, ¿con niños de tres años, de seis, es posible? Ni entre ellos ni entre el maestro y los niños.

Te confieso mi preocupación y mi incertidumbre.

A pesar de todos los pesares, todos los docentes volveremos a las aulas con todo nuestro amor, todas nuestras energías y toda nuestra fuerza y lo haremos por ti, María, que se te acaba de caer tu primer diente y estás muy contenta o por ti, Pablo, que llevas mucho tiempo sin jugar con tu mejor amigo, Mateo, y estás deseando volver a verle;  o por ti, Julia, que con 10 años y en medio de la pandemia perdiste a tu abuelo y necesitas volver al colegio para retomar su rutina. O por Manuel, que tiene a sus padres en paro y necesita volver a su cole para retomar algo de optimismo…

 

Volveremos… Y esperemos que sea para bien.

 

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