Comienza un
nuevo curso y lo hace con
la incertidumbre como protagonista.
Incertidumbre
en la economía, en la salud y en la educación.
Te escribo a
30 de agosto y el día uno de septiembre los profesores nos reincorporamos a las
aulas después de un curso pasado en el que tuvimos que hacer malabares para
continuar, de un día para otro, con la enseñanza de manera on line. Este curso
se plantea de manera presencial para Infantil, Primaria y primero y segundo de
la ESO. El resto, semipresencial.
Todos los
profesores durante estos meses de verano e incluso desde antes de que acabara
el curso, en junio, hemos apostado por volver a las aulas. Necesitamos volver a
nuestra rutina normal, a nuestras vidas que de un día para otro el COVID transformó.
Necesitamos encontrarnos con nuestros alumnos, con nuestros niños, a los que echamos
mucho de menos. Porque la enseñanza, por suerte, no es un trabajo en el que puedas
distanciarte emocionalmente. Trabajamos piel con piel con nuestros niños a los
que damos, cada día u cada minuto, lo mejor de nosotros mismos. Ellos necesitan
volver para lo mismo, para recuperar su vida, para tener unas rutinas, estar
con sus amigos y con sus profesores, para retomar sus estudios con normalidad.
Es una necesidad.
¿Necesitamos
volver? Sí. ¿A cualquier precio? No.
Espero que
en unos días me pueda desdecir de mis palabras y que todo ruede solo, pero sin
profesores suficientes para atender a una bajada de ratio, máximo 20 por aula,
sin espacios para albergar a los nuevos grupos que se creen tras esa bajada de
ratio, sin personal sanitario para atender a posibles casos, sin ventilación
adecuada… Difícilmente lo veo. Dicen que prohíben las reuniones de más de diez
personas y se va a llegar al doble en las clases. Posiblemente, entre chicos
mayores, la distancia de seguridad se pueda conseguir, pero…, ¿con niños de
tres años, de seis, es posible? Ni entre ellos ni entre el maestro y los niños.
Te confieso
mi preocupación y mi incertidumbre.
A pesar de
todos los pesares, todos los docentes volveremos a las aulas con todo nuestro
amor, todas nuestras energías y toda nuestra fuerza y lo haremos por ti, María, que
se te acaba de caer tu primer diente y estás muy contenta o por ti, Pablo, que
llevas mucho tiempo sin jugar con tu mejor amigo, Mateo, y estás deseando
volver a verle; o por ti, Julia, que con
10 años y en medio de la pandemia perdiste a tu abuelo y necesitas volver al
colegio para retomar su rutina. O por Manuel, que tiene a sus padres en paro y necesita
volver a su cole para retomar algo de optimismo…
Volveremos… Y
esperemos que sea para bien.
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