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Tengo a varias amigas que o van a dar
a luz y otra acaba de ser mamá. Camino por la calle y veo barriguitas que se
van asomando entre los vestidos
La maternidad es ese caudal que lo
inunda todo. Que no deja a ninguna mujer indiferente, nada volverá a ser igual
una vez que te quedas embarazada. Tus preocupaciones, tus miedos,
incertidumbres y alegrías van a pasar por esas criaturas que has parido. Tu
corazón no vuelve a estar en ti sino en ellos.
Ese cambio no se puede entender si no
se ha vivido. Te marca un antes y un después.
Por ello, y seguimos con salud
mental, es imprescindible cuidar a las madres, son la base de esta sociedad
porque son ellas las que, mayoritariamente, afortunada o desafortunadamente, se
encarga de acompañar, educar y cuidar a nuestros niños. Al futuro. Si ellas no
están bien, nuestros niños tampoco lo estarán.
Y parece que esta sociedad no se ha
parado a pensar en los cuidados: en los niños, en los ancianos, en los
dependientes. Cuidar no renta, así que no se tiene en cuenta.
España envejece a pasos agigantados. En 2021 la natalidad alcanzó su peor dato en
80 años.
Nos vamos salvando, y poco, gracias a
la inmigración. A esos niños que o vienen de fuera para llenar de color
nuestras aulas o que ya nacen aquí. Pero los españoles que llevan siéndolo
desde hace varias generaciones, no apuestan mayoritariamente por la maternidad.
Que ¿por qué? Parece sencillo:
contratos precarios, alquileres por las nubes, una cesta de la compra imposible
de pagar, salarios mínimos dentro de lo mínimo, horarios maratonianos, precio
del gas, la luz, gasolina…, y falta de red, falta de tribu.
Necesitamos como sociedad más niños,
más recambio generacional, pero esa responsabilidad que es colectiva, se vuelca
casi por completo en las familias, en las parejas jóvenes y, con concreto, en
las madres. Parece que no tiene mucho sentido: necesitar más niños para seguir
pagando pensiones, para garantizarnos la supervivencia como especie y, a la
vez, mirar a otro lado y no hacer nada para conseguir algo tan básico y natural
como tener hijos.
Nos ponemos en que hay embarazo y esencial
cuidar la salud de esa madre desde el principio Los cambios hormonales, la
incertidumbre, el miedo de que todo vaya bien y más si antes ha habido abortos,
no saber si tras ese parto vas a conservar tu trabajo o si no… Todo esto pesa
sobre las madres.
Vas a dar a luz y no siempre tu parto
es respetado. El 38% de las mujeres han
manifestado en España haber sufrido violencia obstétrica en el 2020. Y eso de
las mujeres encuestadas… A poco que hables con mamás sabes que el dato puede
ser mucho mayor y preocupante.
Y este dato es de 2020. Ha pasado una
pandemia de por medio. Las mujeres no han estado acompañadas en los procesos de
embarazo y parto. Puede que mucho se pueda contar de lo que han pasado.
Nace tu hijo. No reconoces tu cuerpo,
en muchos casos te ves sola en una casa dando de mamar 24 horas. Te falta
tribu, falta que te cuiden también a ti (tú también has vuelto a nacer. Se dice
que una mujer nace dos veces, la primera es cuando llega al mundo y la segunda
cuando nace su primer hijo), te faltan manos, te falta hablar, compartir…, ayuda. Porque “para criar a un niño hace
falta la tribu entera”, como reza un proverbio africano.
Y puede que, como le sucede a cerca
del 15% de las mujeres que dan a luz termines en una depresión post parto.
Y te falta un entramado económico y
social que entienda que tu hijo te necesita para sobrevivir. Por ello, se piden
permisos por maternidad de mínimo seis meses. Porque ese bebé está creando su
apego, relación con el cuidador principal, generalmente la madre, que de cómo
sea, marcará su percepción del mundo y de los demás para el resto de su vida.
Porque ese bebé puede que esté recibiendo lactancia materna y recibirla sin la
madre parece una tarea algo complicada, aunque sabemos que no totalmente
imposible. Pero estresante para la madre, fijo.
Como decía Diana Oliver, podemos ser
madres pero sin que se note.
Las mujeres, las familias, nos vemos solas
en esto tan básico como es criar.
En un estudio realizado recientemente
por Malasmadres llamado “El coste de la concilicación” , se decía que el 65% de
las mujeres tiene menos de una hora o no tiene tiempo libre para ella al día.
El 57% de las mujeres españolas ha
sufrido una pérdida salarial al convertirse en madre.
El 66% no ha pedido ayuda psicológica pese a
sentirse desbordada y triste.
4 de cada 10 mujeres se ha sentido
minusvalorada en su empleo o en su entorno social y el
64 % declara que llega cansada todos
los días a su trabajo.
Así, difícilmente, podremos hablar de
salud mental de las madres y sabemos que la salud mental de la madre va
íntimamente ligada a la de los hijos.
Sólo era dedicar unos minutos a dar
unas pequeñas pinceladas de las necesidades reales a las que nos enfrentamos y
que parece que la bola se va haciendo cada vez más grande sin que nadie le
ponga freno.
Debemos cuidar a los niños, por ende a sus madres y poner
los cuidados en el centro del proceso social. Sin cuidados no podemos avanzar
como sociedad. Y lo estamos viendo: no nacen niños.
¿Qué vamos a hacer?
https://www.youtube.com/watch?v=txvH6dKRsW0