Hace poco más de un mes, mi suegro falleció después de pelear contra un cáncer bastante agresivo. Mi marido y yo no supimos cuándo ni cómo decirle a nuestro hijo mayor, de casi cuatro años, que su abuelo, al que él había visto días antes bastante desmejorado y al que adoraba, había muerto.
La encargada fui yo ya que mi marido se sentía incapaz de transmitírselo sin que se le notara la tristeza profunda. Cuando se lo conté, en un primer momento parecía que se lo estaba tomando con bastante naturalidad. Según fueron pasando las horas y los días sólo pudimos observar cómo nuestro niño se iba poniendo más y más triste.
Por suerte, la evolución en este mes ha sido muy buena y ya lo ha asumido como algo natural. Es cierto, como me decían amigas, que los críos asumen la muerte con más facilidad que los adultos. Habla de su abuelo con la muletilla" el abuelo que se ha echo estrellita" y cuenta con él para fiestas y reuniones familiares pero remarcando que está en otro plano.
Es la historia de una mariposa, desde que es un huevo, luego una larva, después un capullo para, finalmente, ser una linda mariposa que con sus alas en forma de corazón indica que el amor es eterno y que hay vida después de la muerte.
Espero que os guste.