viernes, 24 de diciembre de 2021

Feliz Navidad (a pesar del cansancio)


Te escribo un 24 de diciembre por la mañana. Todos duermen, silencio en la casa y lluvia en la calle.

Hoy es nochebuena y la sensación es más agri que dulce. Si te digo la verdad estoy desconcertada. Me imagino que tú estarás por más o menos igual.


La sociedad, con sus más y sus menos, estamos haciendo todo lo buenamente posible para salir ilesos de esta locura pandémica. El agotamiento está ahí. Es palpable. El pasado martes cuando se veía que la incidencia iba subiendo más y más, cuando los niños iban dando positivo en los colegios a una velocidad antes nunca vista, cuando lo único que te daba un cierto respiro era esperar a que la lotería de Navidad te mejorara el ánimo, ese martes pasado se notaba un cierto pesimismo, cansancio, tristeza en la gente. Gente que estaba en el supermercado o en la calle yendo de un sitio para otro. El ritmo de la ciudad era de cansancio, de tristeza, de no puedo más.

Estábamos esperando a que los presidentes autonómicos y el presidente del Gobierno tomaran alguna medida para ir frenando esta ola de contagios. No hubo gran cosa… Mascarilla en exteriores. Aunque no valga para mucho y los científicos no lo corroboren, pero, mira, ya hemos tomado alguna medida, dirán nuestros líderes…

Desesperación entre los ciudadanos…

Mientras tanto, la gente ya tomó sus propias medidas… Por suerte, somos muchos los que pensamos que no necesitamos a nadie para hacer lo que sabemos lo que tenemos que hacer. Así que se reforzó el teletrabajo, los niños que pudieron ya se quedaron en casa (entiendo que mejor que no se quedaran con algún abuelo porque si no, no habríamos avanzado gran cosa…), reducción de contactos y a casa.

Llega el momento de comprar test de antígenos. No hay. Sabemos que una manera segura, o algo al menos, de juntarnos con nuestros familiares es hacernos antes una prueba. Furor en la población, escasez de suministros y casi es imposible encontrarlos. No contentos, subida de precios de estos productos (una más o una menos ya el consumidor casi no lo va a notar, ¿verdad?).

Así que llegamos a este día yo por lo menos desconcertada. Cansada. Harta.

 

Esta es una pataleta sin más y puede que al podcast o al blog se venga llorado de casa, pero quería compartirlo contigo.

 

Mientras que te escribo, está la radio, siempre la radio, bendita radio, de fondo. Escucho a Carlos Alsina que se ha ido a la estación de Atocha para hacer el programa de hoy.

El programa huele a calle, a lo que siempre debería oler la radio, a gente, a vida palpitante. Te confieso que este sonido de la vida con la ilusión de la gente que va y viene a  ver a sus seres queridos me alegra.

 

En fin, que hoy es un día especial por muchos sentidos y no estoy con mi mejor cara. Desconcertada, harta y con necesidad de que todos rememos hacia el mismo lugar.

Como sabéis, siempre lo dicho. O salimos todos o no salimos ninguno de esta locura. Toda la sociedad. Y todas las sociedades. Vacunas para todos en todos los países, responsabilidad colectiva y decisiones acertadas.

 

Sólo me queda pedírselo a Papá Noel o al niño Jesús.

Cuidaos mucho y feliz Navidad.


jueves, 1 de abril de 2021

La intervención con caballos. Podcast

 El caballo, su entorno y cómo nos mejora la salud.


De esto hablamos con Mar Colomo Briceño, presidenta de la "Asociación Equinoterapia Madrid Sur".


Te dejo en enlace para que escuches el podcast en Ivoox. Te aseguro que merece la pena.



La intervención con caballos: ventajas para niños y animales


sábado, 13 de febrero de 2021

Feliz día Mundial de la Radio

 

Pi, pi, pi, pi, pi, pi…

Son las ocho de la mañana. Las siete en Canarias …

 

Esta era la música de fondo cuando me despertaba de pequeña. La radio ha estado presente en todos los momentos de mi vida. No recuerdo nada de mi vida consciente sin ella. En casa siempre hemos sido muy radioadictos, todos teníamos un transistor y cada uno escuchaba su programa favorito.

 

Los viajes con mis abuelos eran en el asiento de atrás mientras que escuchaba el Ángelus de la COPE o a Encarna Sánchez. Con mis padres sonaba Antena 3. Mucha antena 3. Mi primera escuela como escuchante fue esta emisora. Miguel Ángel García Juez, Miguel Angel Nieto, Carlos Pumares, Luis Carandell, Ana Rosa Quintana…

Tuve claro que quería dedicarme a la radio desde bien pequeña. Fue una mezcla de experiencias. Por un lado, la presencia de este medio como algo cotidiano en casa, por otro lado, recuerdo conversaciones con mi padre en las que me contaba cómo se transmitía la voz, cómo viajaba por el aire y que la voz podía ser inmortal; por otro, participé en un taller de radio en primero de EGB y eso me fascinó.

Todo junto me llevó al único lugar posible: a un amor apasionado por este medio.

Iba al colegio escuchando a Los Porretas. Qué historias las de aquella familia, qué voces más bonitas… Soñaba despierta gracias a ese serial antes de llegar a mi clase.

 

Sobre los once años empecé a escuchar radio fórmula y la elegida fue Onda Cero Música. Voces como las de Patrick de Frutos o la de Javi Nieves me acompañaron en esa etapa.

Mientras que eso pasaba, por las noches en casa se escuchaba a García y después a De La Morena. Antonio Herrero me despertaba cada mañana hasta que un accidente le arrebató la vida en 1998. Recuerdo la noticia. En casa fue una conmoción.

Pero a mí quien me llevó a amar aún más la radio, las entrevistas y el acercarse al otro a través de las ondas fue el que ha sido mi maestro en muchos sentidos sin él saberlo: Iñaki Gabilondo.



Sus entrevistas eran artesanía pura, concisas, seguras, directas, cinceladas… Recuerdo una que le hizo a Otegui en el 2001. Intentó de todas las maneras posibles que condenara la violencia. No fue posible. Por la tarde, en "La Ventana", Gemma Nierga la repitó y la grabé.

 


"La Ventana" fue un soplo de aire fresco para mí. Javier Sardá abría el telón cada día a las cuatro de la tarde en la Cadena SER y yo hacía todo lo posible para estar fiel a la cita. Estudiaba COU por aquel entonces y después de comer ahí estaba yo con él de fondo, ah, y con el señor Casamajor. Diversión, cultura, emoción, información… Radio en mayúsculas. Entretenimiento en estado puro, formación gracias a las secciones desde la cárcel de Carabanchel o el hospital psiquiátrico de Mondragón … Todo en tres horas diarias.

Se cerró "La Ventana" de Sardá y llegó la de Gemma Nierga. Cercanía y entretenimiento para las tardes de la SER. Era como si un grupo de amigos, varios millones, nos sentáramos alrededor del transistor para compartir tardes de radio. Con ella estaban Millás, Boris Izaguirre, Jaume Figueras, Javier del Pino y Javier Cansado, se mantuvo la tertulia desde la cárcel y se añadió una de niños. Ernest Lluch, junto con Carrillo Miguel Herrero de Miñón y Pere Portabella nos hablaban de política desde la Tertulia de Sabios…  

Antes de que Gemma Nierga estuviera en "La Ventana" ya la escuchaba en el “Hablar por hablar”, como media España. Esas madrugadas pegada al transistor. Qué historias… Qué voz la de la Nierga… Mis madrugadas por aquella época las compartía con ella y con Carlos Pumares en” Polvo de Estrellas” de Radio voz.

 

Mis noches eran para Carlos Llamas. Sí, la SER me tenía atrapada excepto en dos excepciones, Manuel Antonio Rico en RNE  y el gran Luis del Olmo. Aquí me pasaba a Onda Cero para escuchar “Protagonistas”, para aprender del maestro. Como ya te he dicho, mi forma de acercarme a la radio estaba más próxima a Gabilondo, pero el espectáculo que creaba del Olmo era incomparable. “En El jardín de los Bonsais” podías encontrar a los mejores del humor español. Todos en esos minutos de radio: Chumi Chumez, Mingote, Ussía, Tip y Coll… Magistral.

Las noches de esos años estaban acompañados no sólo de informativos, sino que también de música gracias a La Gramola de Joaquín Guzmán.

 

Tuve la enorme suerte de estudiar Periodismo en una facultad que me enseñó como nadie lo hubiera hecho y la osadía de ir metiéndome en emisoras de radio desde los 17 años. Mis veranos eran para ella antes si quiera de empezar la facultad. Empecé mis estudios y la primera parada fue en Radio Voz gracias a un equipo de profesionales y grandes personas que me abrieron sus puertas. Ahí entré yo al “Séptimo cielo” y “En buena forma”, dos programas dirigidos por Paco de Narváez. Él tuvo la gran generosidad de enseñarme todo lo que él sabía del medio. Se sentaba conmigo para explicarme cómo hacer los guiones, cómo llamar para hacer el trabajo de productora, cómo hacer una entrevista, qué músicas elegir… Todo. Siempre le estaré agradecida a él y al equipo que me acogió cuando sólo tenía 19 años.


Pasé por los informativos de la COPE. Sección Sociedad para las dos de la tarde. Mi primera visión de cómo se trataba la noticia en la radio.

De ahí pasé a Onda cero y ahí trabajé en “Protagonistas de Madrid” con Taboada. Radio en estado puro. Yo me dediqué a llevar la unidad móvil de programa. Directos y más directos. Salir a la calle a buscar noticias, personajes, el sentir de la gente… Qué feliz fui.

En esa emisora tuve el honor de conocer a referentes de infancia como podía ser Pumares. Me sentaba al lado de Tico Medina en la redacción y las conversaciones con ellos era siempre enriquecedoras. ¿Cómo no aprender entre tanto genio? Hasta una planta sacaría algo de provecho yendo allí. Echo de menos esos tiempos.

Y entre ellos estaba la gran dama de la radio: Concha García Campoy. Siempre le estaré agradecida.



Después me llamaron de la televisión, Telemadrid y sus informativos de las dos, sección Sociedad. Aprendí a tratar la información y como máster nos llegó a todos la caída de las Torres Gemelas. 11 de septiembre de 2001. No he visto más humo en una redacción en mi vida, porque sí, por aquel entonces, y ahora parezco una abuela cebolleta, se podía fumar en los centros de trabajo. Estrés, prisas, desconcierto, directo y más directo tratando de saber qué había pasado…

Llegó el verano del 2002 y me llamaron de la SER, becaria en la SER. Mi sueño. Era tocar el cielo con los dedos. “Si amanece, nos vamos” y “Hola, Madrid” con el gran José Luis Arriaza. Dos caras de una misma moneda, la pausa de la noche y la rapidez del día.

Radio 5 Todo Noticias de RNE fue mi siguiente parada. 12 horas de guardia los fines de semana. Todo en ejercicio de resistencia y concentración. Información en directo durante 12 horas… Un desafío. De fondo sonaba en la redacción la gran Pepa Fernández y su "No es un día cualquiera". Otra perla de la radio.


Entre todo eso, llegó la enseñanza en a mi vida. Esos encuentros, esos flechazos para los que una no está preparada… Estaba convencida de que siempre sería periodista, pero un amor inesperado llamó a mi puerta. Hice incursiones en el mundo de la comunicación, pero decidí que cambiaba de rumbo y me dedicaba a la docencia. Primero en la facultad y luego decidí estudiar Magisterio.

Hoy soy feliz con mis niños. El amor y la entrega que me dan mis pequeños me compensa la falta de radio en vena que necesito. Me siento útil. Puede que en el colegio en el que estoy haya encontrado mi sitio. No es poco.

 

Hoy tengo la enorme suerte de seguir en la radio gracias a una pequeña colaboración que hago en Onda Madrid y a “La canastilla de mamá”.




Los dos son dos proyectos que me apasionan. Al primero le debo la enorme generosidad y valentía de dejarme entrar en su programa cuando no me conocía de nada. Al segundo a tener la libertad de poder contar desde mi casa lo que me apetece, cuando…, puedo. Esto de tener una familia con niños pequeños y de ser profesora no siempre deja todo el tiempo que una quisiera, pero La canastilla de mamá va creciendo.

Desde octubre ha pasado a formar parte de “Ivoox Originals” y tengo pensado hacer algún cambio al programa. Puede que para el mes de marzo ya pueda empezar a plasmar las ideas que tengo para el podcast. Creo que necesita un cambio y yo también necesito que cambie.

 

Estamos en el 2021 y me recuerdo escuchado radio desde, mínimo, 1985. Grandes voces, grandes amigos, grandes ilusiones y proyectos. Gente estupenda que se ha cruzado en mi vida y a la que le estoy agradecida. He nombrado a sólo algunos de vosotros, pero todos los demás sabéis bien quiénes sois.


En este día Mundial de la Radio, gracias a todos. A los que me hicisteis soñar cuando era niña, a los que me habéis enseñado, a los que habéis apostado por mí y a los que escucháis “La canastilla de mamá”. Mi pasión, hoy por hoy, se encauza a través de este podcast.

¿Y el futuro? ¿Pasará por los podcast? ¿La radio se modernizará? Sólo te digo eso que siempre dice Iñaki Gabilondo: "dime cómo será la sociedad del futuro y te diré cómo será la radio".