lunes, 25 de marzo de 2019

Grandes historias para los pequeños de la casa

"Ahora digo- dijo a esta sazón Don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho".

El hábito de lectura es uno de los mejores tesoros que les podemos regalar a nuestros hijos. Gracias a él, todo un mundo de imaginación, conocimiento, diversión y empatía les pondremos a sus pies. No hay mejor legado.

Por ello, es necesario que el niño, desde bien pequeño, y bien en el aula o en el hogar, se empiece a familiarizar con los libros, sus historias y aventuras. Este proceso deberá estar acompañado de la mano amiga de un adulto que le acune con su compañía, su voz y su abrazo a la vez que le cuenta historias inolvidables. Este momento de intimidad y magia para el niño serán perlas inolvidables que le marcarán como un futuro lector.

Como ya hemos hablado en otras entradas dedicadas a la literatura infantil, hay una serie de libros en casa que nos encantan. En estas os mencioné los siguientes títulos:


  • El monstruo de colores 
  • A qué sabe la luna
  • La montaña de libros más alta del mundo
  • Cuentos clásicos para tocar
  • Adivina cuánto te quiero
  • Todos sois mis favoritos
  • El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza 

Hoy quisiera hablaros de otros cuentos que en casa triunfan.


Libro para guardar y saborear. Ilustrado con una casa de muñecas real, este libro, escrito por Karina Schaapman, cuenta las aventuras de dos ratoncitos amigos, Julia y Sam, en esta bonita casa.
Sam es tímido y reflexivo y a Julia una ratoncita muy decidida que cuida mucho de su amigo. Juntos en esta casa tan bonita van a vivir muchísimas aventuras.

Las ilustraciones son espectaculares y la historia muy tierna.
Cuentan el día a día normal de cualquier niño: cómo ayudan a hacer la colada, sus travesuras, cómo son sus familias y cómo es  la amistad que une a Julia y a Sam.


La autora estuvo durante años construyendo y decorando esta casa de ratones con material reciclado, telas antiguas..., y según iba creando le fue viniendo la idea del cuento a la cabeza.




La pequeña oruga glotona tenía mucha hambre, así que ni corta ni perezosa se puso a comer. El lunes, una manzana. El martes, dos peras; el miércoles, tres ciruelas; el jueves, cuatro fresas; el viernes, cinco naranjas... Y el sábado..., atracón final. El domingo comió solo unos trocitos de hoja y se sintió mejor. Se construyó, entonces, una casita y a las dos semanas se convirtió en una bonita mariposa.

Ideal para aprender los días de la semana y frutas tanto en el idioma materno como en uno extranjero.




Esta joya me llegó a través de una amiga y lo cierto es que no es fácil de encontrar en las librerías. Escrito e ilustrado por Nuria Díez Crespo, este libro escrito en verso cuenta las historias de la dragona jardinera, el dragón cotilla o el dragón buenas ideas. Con ellos, tratrá temas tales como el miedo, la tristeza, los sueños o la magia.

Las ilustraciones son preciosas y para darle dinamismo a la lectura, la autora cambia el color de algunas palabras y pasa de ponerlas de manera lineal a curva.


Disfrutad con vuestros pequeños de la lectura. ¿Qué les leéis vosotros en casa o en clase?

En otra ocasión, os iré contando de otros cuentos que triunfan en casa.



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