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https://www.ivoox.com/e-26-las-pantallas-ninos-audios-mp3_rf_47247121_1.html
Vas en el metro y ves a un niño en el carrito viendo unos dibujos en el móvil, vas a la peluquería y te dicen que si le ponen al niño unos dibujos para que se quede quieto, estás de viaje en el coche y ves en la carretera dentro de sus coches a algún niño en sus asiento bien callado y quieto viendo algo en una pantalla… ¿Te suenan estas escenas? ¿Las has visto por la calle?
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Vas en el metro y ves a un niño en el carrito viendo unos dibujos en el móvil, vas a la peluquería y te dicen que si le ponen al niño unos dibujos para que se quede quieto, estás de viaje en el coche y ves en la carretera dentro de sus coches a algún niño en sus asiento bien callado y quieto viendo algo en una pantalla… ¿Te suenan estas escenas? ¿Las has visto por la calle?
El uso de las pantallas
se está extendiendo cada vez más y no sólo en los niños, en los adultos,
también.
Posiblemente, las prisas
y el cansancio del día a día nos ha llevado a delegar parte del tiempo que
deberíamos estar con nuestros hijos en las pantallas: televisión,
videojuegos..., pero,, ¿esto es lo que necesitan nuestros hijos? ¿su cerebro
está suficientemneente maduro para recibir este tipo de información y
estímulos?
En 2013 la Asociación Japonesa de Pediatría lanzó una
campaña con el lema “no permitas que el smartphone sea una
niñera de tus hijos”. Y en 2018 la Academia Americana de Pediatría (AAP)
advertía a los padres de los peligros de usar la tecnología como
“un chupete emocional”
Según la Organización
Mundial de la Salud, hasta los dos años los niños no deben interactuar con
ninguna pantalla. Cero minutos.
De los dos a los cinco,
cuanto menos, mejor y nunca más de una hora al día.
Según Álvaro Bilbao,
neuropsicólogo y psicoterapeuta, hasta los seis años los niños deberían estar
alejados de las pantallas. Y según Rocío
Juárez, neuropsicóloga, de los 6 a los 12, debería ser una hora y supervisado
por sus padres . De los 13 a los 15 una hora y media y también con supervisión y a partir de los
16, podría ser dos horas pero no en sus dormitorios para seguir atentos a lo
que ven nuestros hijos.
¿Por qué nos dicen que las
pantallas no son buenas para nuestros hijos? ¿No eran “nativos digitales?
Las pantallas, los
moviles, videojuegos…, crean una fuente de estímulo externo en el niño que su
cerebro inmaduro aún no está preparado para gestionar. Muchos colores,
movimientos muy rápidos
Los dispositivos, según
los expertos, crean adicción. Se dice que pueden engancharles tanto como un
schock de heroína. Así que cuando se le plantea al niño que deje la pantalla y
se ponga a jugar puede que te diga que no… La recompensa que el cerebro recibe
con el videojuego es mucho mayor que jugando con los legos
El niño entra en un círculo de recompensa inmediata
a través de la hormona dopamina. Esa pantalla les produce fascinación. Pero esa
actividad es pasiva, no están buscando información, ni experimentando en el
campo, ni estamos fortaleciendo la atención del niño. Es una actividad
sedentaria y apática. Pierden, por a tanto, capacidad de asombro.
Por otro lado, tampoco
damos oportunidad para que el niño se aburra, se frustre con ese aburrimiento y
se las tenga que ingeniar para crear una nueva distracción, experimentar,
crear…
Muchos estudios marcan
la hipótesis de la relación del mal uso de las pantallas con el incremento de
la falta de atención en los niños, hiperactividad o depresión. Cuando nuestros
niños se enganchan y pasan muchas horas viendo dibujos animados con un ritmo
trepidante, lo que luego ellos van a esperar del mundo real es que tenga ese
ritmo, esa velocidad y, obviamente, no pasa. El mundo, así, se les hace más
aburrido, la atención decae y la capacidad de frustración aumenta; el asombro,
como decíamos anteriormente, también. En las escuelas se está notando cada vez
más y se plantea como un problema la falta de atención de nuestros niños para
atender a una clase de duración norma, unos 45 minutos o una hora.
Debemos volver a lo de
toda la vida: es decir, que el niño juegue, se aburra, experimente, pinte, se
manche, cante, baile y haga ruido, que es como siempre nos hemos educado.
Si hablamos de que los
niños están “enganchados” a las pantallas no podemos obviar que los padres en
muchos casos, también. Los niños tienen desarrolladas una serie de neuronas
llamadas neuronas espejo, que lo que hacen es imitar todo lo que ven a sus
padres. Si nos ven leyendo un libro, pintando o haciendo bricolaje, tenderán a
imitar esas acciones al igual que si nos ven con el móvil imitarán esta otra.
Entonces, primera medida, creo yo, sería que los padres se desengancharan del
móvil, tableta o videojuego cuando estén con sus hijos. Volver a lo de siempre.
Sentarnos en el suelo con ellos y jugar a las muñecas, pintar juntos, leer un
cuento o hacer figuras de plastilina.
Con esto sí que
estaremos fomentando vínculos con nuestros hijos a través de este juego y
experiencias positivas, su cerebro estará interactuando con el mundo de una
manera normal y pausada, por lo tanto no estará acelerado y será capaz de
gestionar mejor sus emociones tales como la frustración, la ira o el
aburrimiento. No estaremos a través de la pantalla tapándolas para que el
adulto disponga de unas horas de descanso.
Entiendo que el mundo en
el que vivimos agota y muchas veces preferimos ir por la vía fácil y que se
distraigan estando quietos y en silencio antes que ayudarles a gestionar su
juego o su aburrimiento; a escucharles pelearse con los hermanos porque no se hayan puesto de acuerdo en algo o que se manchen hasta arriba pintando con las
témperas, pero todo esto les va a proporcionar experiencias reales, positivas y
en las que tendrán que aprender a gestionar la frustración si algo no sale bien dentro de ese
juego, espera del turno si es necesario, o a experimentar si la actividad lo requiere.
Por otro lado, los niños
necesitan para su desarrollo psico motor
hacer ejercicio, moverse. Ver a un niño sentado continuamente, no es
normal, no es natural… Y, como sabemos, están aumentando los índices de
obesidad
Según el estudio PASOS
de febrero de 2019, 63,6% de los niños y
adolescentes no llega a los 60 minutos de actividad física moderada o vigorosa
al día, recomendación de la OMS. Y
unidos a estos datos, tenemos que los niños españoles pasan una media de 5
horas diarias frente algún tipo de pantalla…
Os quería traer un dato que llama la atención.
Leo en el diario el país el pasado 24 de marzo de 2019 el
siguiente titular:
“Los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas”.
Este artículo firmado por Pablo Guiomón decía que en Sillycon
Valley, los hijos de los que piensan y
producen la tecnología como Apple o Google van a escuelas en las que no se
utilizan las pantallas hasta llegar a la Secundaria.
“No
creemos en la caja negra, esa idea de que metes algo en una máquina y sale un resultado
sin que se comprenda lo que pasa dentro. Si haces un círculo perfecto con un
ordenador, pierdes al ser humano tratando de lograr esa perfección. Lo que
detona el aprendizaje es la emoción, y son los humanos los que producen esa
emoción, no las máquinas. La creatividad es algo esencialmente humano. Si le
pones una pantalla a un niño pequeño limitas sus habilidades motoras, su
tendencia a expandirse, su capacidad de concentración. No hay muchas certezas
en todo esto. Tendremos las respuestas en 15 años, cuando estos niños sean
adultos. ¿Pero queremos asumir el riesgo?”, se pregunta Pierre Laurent, padre
de tres hijos, ingeniero informático que trabajó en Microsoft, Intel y
diversas startups, y
ahora preside el patronato del colegio.
En el artículo de El
país, podemos seguir leuyendo lo siguiente:
Los
pioneros lo tuvieron claro desde muy pronto. Bill Gates, creador de Microsoft, limitó el tiempo de pantalla de sus hijos. “No tenemos los teléfonos
en la mesa cuando estamos comiendo y no les dimos móviles hasta que cumplieron
los 14 años”, dijo en 2017. “En casa limitamos el uso de tecnología a nuestros
hijos”, explicó Steve Jobs, creador de Apple, en una entrevista en The
New York Times en 2010, en la que aseguró que prohibía a sus
vástagos utilizar su recién creado iPad. “En la escala entre los caramelos y el
crack, esto está más cerca del crack”, apuntaba también en The New York Times Chris
Anderson, exdirector de la revista Wired, biblia
de la cultura digital.
Pues bien, visto lo
visto, que las pantallas crean adicción, que no les deja desarrollarse ni
emocional, ni social ni físicamente como deberían, que les resta atención y
luego esto repercute en sus resultados académicos, que no les ayuda a gestionar
emociones básicas y diarias como es el aburrimiento la frustración, que no les
ayuda a dejar volar la imaginación, que están aumentando peligrosaente los
índices de obesidad infantil…. Con todo esto, yo recomendaría volver a la vida
de siempre. Juego experiemental, correr con los ánimos, aire libre en el parque
o en el campo, ejercicio y por qué no, aburrimento que es muy sano.
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